La Zona del Silencio se encuentra ubicada en el desierto del Vértice de Trino, un punto donde convergen tres estados de la República mexicana: Coahuila, Chihuahua y Durango. Éste lugar alguna vez fue el mar de Tetis, por lo que aún conserva características que lo comprueben, como gran cantidad de fósiles marinos. La zona es muy frecuentada por investigadores del fenómeno Ovni, pues allí son muy comunes los avistamientos, por esta razón se pueden apreciar algunas decoraciones con motivos platillistas. Para algunos investigadores la Zona del Silencio se puede comparar con el Triangulo de las Bermudas, pero con la gran diferencia de estar en tierra firme. Hay quienes cuentan sobre personas que se han adentrado al desierto para no regresar jamás.
La caída de meteoritos es muy recurrente en la zona; lo verdaderamente extraño es que el lugar en donde caen es un área delimitada, como si alguna fuerza de atracción los hiciera caer casi en el mismo sitio. En 1964, cayó en la Zona del Silencio el meteorito Allende, compuesto de magnesio 26, producto de la desintegración del aluminio 26, elemento que no existe en nuestro sistema solar y que tardará aproximadamente 13 mil millones de años en desintegrarse.
La misteriosa Zona del Silencio fue descubierta en 1964, cuando trabajadores de la empresa petrolera Pemex realizaba actividades en ese sitio, momento en el que el ingeniero Harry de la Peña descubrió que las ondas de radio no se esparcían en el lugar, haciendo que el sonido se perdiera. Así fue que tomó su nombre. Para la NASA éste ha sido un lugar muy interesante de estudio, ya que en el pasado el cohete Atenas por extrañas circunstancias cayó en la zona, haciendo que los investigadores ingresaran al territorio mexicano para recoger el aparato espacial. Sin embargo, se dice que los trabajadores de la NASA actuaron de manera extraña, pues hasta construyeron una red de ferrocarril sólo para esto, llevándose además del artefacto toneladas de muestras para investigación.
En éste desierto se pueden encontrar ejemplares de flora y fauna que han sufrido mutaciones, así que algunas de las especies que allí abundan son únicas. Incluso hay animales muy extraños, cuyas extremidades solamente son útiles en el agua, siendo que el lugar carece de ésta. Sin duda es uno de los lugares más misteriosos de México, y aún queda mucho por investigar, pues el sitio no regala respuestas sobre cada fenómeno que allí ocurre.
Información consultada en el libro:
La Zona del Silencio y otros lugares misteriosos (César Buenrostro).