Existe una teoría muy interesante sobre el posible origen judío de Adolf Hitler. Según esta, el servicio secreto alemán se apoderó de una documentación elaborada por el antiguo canciller austríaco Engelbert Dollfuss, la cual explica que, en 1836, Salomón Mayer, Rothschild, entonces residente en Viena, tomó a su servicio a una joven doncella de provincias llamada María Anna Schicklgruber. El banquero, de origen judío, sedujo a la muchacha, quien por las mañanas le hacía la cama y por las noches se la deshacía. En cuestión de tiempo María Anna quedó embarazada y al descubrirse su estado fue devuelta a Spital, su localidad natal, donde se arregló un matrimonio de conveniencia con Johan Georg Hiedler. En 1837 nació el pequeño Alois (padre de Hitler), que jamás fue reconocido por Hiedler. Así que durante 40 años llevó el apellido de su madre hasta que decidió cambiárselo por el de Hiedler, pero escribiéndolo Hitler.
Alois Hitler tuvo varios hijos, entre ellos Adolf. Nunca han aparecido los documentos que confirmen los hechos, pero se dice que cuando el Führer tuvo conocimiento de que existían dichas pruebas ordenó una investigación profunda sobre su linaje paterno para comprobarlo y, en caso de ser cierto, eliminar todas las pistas.
Información extraída del libro: Illuminati (Paul H. Koch)