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Los Caballeros Templarios: surgimiento y caída
Los Caballeros Templarios: surgimiento y caída
Publicado por
Anonimo
★
28 diciembre 2014
Los llamados "Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón" fueron una orden que se estableció en los tiempos de las cruzadas (levantamientos militares impulsadas por el papado en Roma para reestablecer el control cristiano sobre Tierra Santa) para proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa bajo la constante amenaza de los enemigos musulmanes. En 1120 Hugo de Payns y otros caballeros se comprometieron a desempeñar esa misión y Balduino II, rey de Jerusalén, les dio sede en la antigua zona del Templo del Rey Salomón. Muchos reyes europeos les facilitaron apoyo económico y Bernardo de Clairvaux escribió sus normas en 1128. La orden siguió creciendo e incluso el papa Inocencio II les concedió privilegios.
Los miembros hacían votos de obediencia, pobreza y castidad, practicaban el ayuno y la vigilia, y tenían devoción por la Virgen María. Vivían en comunidad y les estaban prohibidos la embriaguez y los juegos de azar. Eran hombres de guerra poco cultivados y sus deberes crecieron hasta hacerse cargo de la estrategia defensiva de los Estados de los cruzados en Tierra Santa. Construyeron castillos y fortalezas y sorprendieron al sultán Saladino por su talento militar. A mediados del siglo XII tomaron la forma de una orden jerarquizada en caballeros y sargentos, encabezada por un gran maestro cuyo cargo era vitalicio. Acumularon enormes riquezas y propiedades en toda Europa, otorgadas por los reyes de las diversas naciones. Dedicados también al transporte de bienes en la zona de las cruzadas, establecieron los antecedentes del sistema bancario.
A lo largo de su vida activa se enfrentaron a diversos enemigos, pero cuando sus enemigos principales, los musulmanes, fueron derrotados en la batalla de Acre, perdieron su razón de ser. Su riqueza y poderío preocupaban a las autoridades y en 1307 el rey Felipe IV de Francia determinó la expropiación de sus bienes, los acusó de herejía y de adorar a Baphomet, personaje al que los Templarios reconocieron a base de torturas y describían como una cabeza con barba. Fueron perseguidos, torturados y quemados en la hoguera, hasta que la presión orilló al papa Clemente V a disolver la orden definitivamente.
Tras su brusca eliminación se han desarrollado muchas teorías sobre la participación de los Templarios en conspiraciones, en la busqueda del Santo Grial (Santa Sangre) o incluso en la protección de la desendencia de Cristo (los hijos que tuvo con María Magdalena) para preservar su linaje, entre otras que han inmortalizado el nombre de los Caballeros Templarios. En la actualidad existen algunas organizaciones conocidas como sociedades secretas que se han autodenominado herederas del legado de los templarios o sucesores de la orden. La Santa Sede se ocupó de investigar a estas organizaciones afirmando que son más de cuatrocientas: algunas sólo utilizan el nombre mientras se dedican a actividades ilícitas, otras muestran un comportamiento sectario y otras cuya formación y prácticas no tienen relación alguna con los Caballeros Templarios originales.