Lázaro Cárdenas llegó a referirse a Tabasco
como 'el laboratorio de la Revolución'. Bajo la batuta del cacique Tomás
Garrido Canabal, quien gobernó el estado durante 15 años, se promovió
un gobierno con métodos socialistas a
través del cooperativismo. Gran impulsor de la alfabetización rural, fue
quien instituyó la ceremonia de Honores a la Bandera todos los lunes,
pero además Garrido Canabal era un anticlerical extremista, convencido
de que el alcohol y la religión eran los principales enemigos del
progreso, por lo que no dudó en llevar a cabo una campaña extensiva para
erradicarlos de la sociedad. En 1933 creó el Bloque de Jóvenes
Revolucionarios, grupo juvenil que detrás de un amplio programa de
actividades culturales, cívicas y sociales, escondía también a un
selecto grupo de choque.
Los jóvenes, que debían tener entre 15
y 25 años, llevaban a cabo reuniones semanales en sus respectivas
ciudades, donde se impartían conferencias sobre temas revolucionarios,
se organizaban bailes y encuentros deportivos. Su uniforme distintivo
era una camisa y gorra militar rojas, corbata y pantalones negros. Muy
pronto adquirieron mala fama por su activismo radical: entraban a las
casas sin permiso y confiscaban botellas de licor y símbolos religiosos,
que eventualmente eran incinerados en ceremonias públicas.
Los
'Camisas Rojas' se extendieron en puebla, Michoacán, Sonora y Chiapas.
Cuando Lázaro Cárdenas le otorgó a Garrido la Secretaría de Agricultura y
Fomento, éste obligó a los burócratas a portar camisas rojas y pantalón
negro, y asistir a reuniones de adoctrinamiento que llevaban nombres
oficiales como 'martes agrícolas', 'jueves ganaderos' y 'sábados rojos',
estos últimos en el Palacio de Bellas Artes.
Su combate al
catolicismo los llevó a organizar ataques contra iglesias y gritar
consignas ateístas los domingos durante las misas. En diciembre de 1934,
un nutrido grupo de camisas rojas se concentró frente a la iglesia de
San Juan Bautista en el barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, y
comenzó a provocar a los fieles. Hubo un enfrentamiento que dejó un
saldo de seis muertos, y para indignación de los ciudadanos los
culpables fueron puestos en libertad inmediatamente debido a la
influencia de Garrido. Una campaña organizada por parientes de las
victimas, aunada a la presión de Vicente Lombardo Toledano para la
destitución del secretario, hicieron que Cárdenas exiliara a Garrido en
Costa Rica.
Información extraída de la revista:
Muy Interesante No. 57 - Especial Secretos de México