
Su filosofía de acción era: Vivir honestamente unido a una conciencia global de todo, dejando de lado lo que marcaban los libros sagrados, en especial la Biblia que, según ellos, estaba llena de fabulas y contradicciones. No dañar a nada ni a nadie, salvo que fuera preciso dar a cada uno lo suyo y lo que en justicia le corresponda. Influenciar en los estamentos dominantes para conseguir clarificar la sociedad, haciéndole entender que aquellos conceptos que la Iglesia pretendía imponer al hombre, como familia y matrimonio, no eran sino limitantes para la felicidad y elevación del ser humano.
Información extraída del libro:
Más Allá de Ángeles y Demonios (René Chandelle).