Aunque en teoría era una asociación de pensadores progresistas, todo
parece indicar que en su interior se alberga un grupo secreto de notable
influencia librepensadora, que muchos han visto con un talante
satanista debido a que negaban la existencia de Dios. En realidad se
trató de un grupo protestante de influencia local, que en 1764 redactó
en París unos estatutos bastante explícitos respecto de sus creencias: La no existencia de Dios, ni tampoco del Demonio. Los Concienciarios creían que era preciso despreciar a los miembros de
la Iglesia, a los que consideraban manipuladores. Defendían que la
ciencia y la razón debían reemplazar a los sacerdotes y magistrados.
Su filosofía de acción era: Vivir honestamente unido a una conciencia global de todo, dejando de
lado lo que marcaban los libros sagrados, en especial la Biblia que,
según ellos, estaba llena de fabulas y contradicciones. No dañar a nada ni a nadie, salvo que fuera preciso dar a cada uno lo suyo y lo que en justicia le corresponda. Influenciar en los estamentos dominantes para conseguir clarificar la
sociedad, haciéndole entender que aquellos conceptos que la Iglesia
pretendía imponer al hombre, como familia y matrimonio, no eran sino
limitantes para la felicidad y elevación del ser humano.
Información extraída del libro:
Más Allá de Ángeles y Demonios (René Chandelle).