Los judíos se han dispersado por el mundo entero tras la destrucción de su estado por parte de los babilonios y los romanos desde tiempos muy remotos, expandiéndose principalmente en Europa y Asia, convirtiéndose en una minoría rechazada y muchas veces perseguida por diversas razones; una de ellas es el libelo de sangre consistente en realizar sacrificios humanos, por lo general cristianos y especialmente niños, para oscuros rituales.
El libelo de sangre fue una acusación lanzada por primera vez contra los judíos en la era precristiana. Uno de los primeros casos registrados fue la historia de un sirio (en el siglo II aC) que aseguraba haber escapado de un misterioso ritual donde un grupo de judíos planeaban sacrificarlo después de haberlo tenido prisionero durante un año. Aquello se convirtió en un elemento que alentó el anti-judaísmo medieval y que trajo consigo disturbios y linchamientos contra comunidades judías señaladas de llevar a cabo dichos rituales. En 1144 los judíos de Norwich, en Inglaterra, fueron acusados de asesinar a un joven y utilizar su sangre para preparar matzoh (pan sin levadura).
El historiador del siglo XII, Thomás de Monmouth, informó que existía una conspiración global de judíos que planificaban asesinatos anuales con fines similares: "Los judíos estipularon en la antigüedad que todos los años deben sacrificar a un cristiano en alguna parte del mundo [...]; lo echan a suertes entre todos los países habitados por judíos, y la metrópolis del territorio elegido tiene que aplicar el mismo método en sus poblaciones y ciudades, para cumplir con la obligación impuesta por la autoridad".
El libelo de sangre ha sobrevivido hasta nuestros días. En 1983, el ministro de defensa sirio Mustafá Tlas publicó 'The Matzoh of Zion', un texto donde habló sobre este tema y afirmó que los judíos predican el odio hacia los no-judíos, razón por la que ningún país debería firmar ningún tratado de paz con Israel. En su portada se muestra una grotesca caricatura donde aparecen judíos con su tradicional vestimenta sacrificando a una víctima durante un ritual.
Fuente consultada: La Biblia de las Sociedades Secretas (Joel Levy)
