Entre 1945 y 1949, la ciudad alemana de Núremberg fue escenario de juicios de guerra, una serie sin precedentes de procesos legales para determinar la culpabilidad o inocencia de varios dirigentes nazis a propósito de diversos cargos. Nunca antes se había pedido cuentas a los vencidos tras el final de la contienda, y la elección de Núremberg fue deliberada, ya que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial identificaban la ciudad con el triunfalismo nazi.
En Núremberg se juzgaron cuatro grandes crímenes: la participación de un proyecto común o complot para cometer crímenes contra la paz; la planificación, el inicio y el libramiento de guerras de agresión; crímenes de guerra, y crímenes contra la humanidad. De un número aproximado de 20 acusados principales, 12 fueron condenados a muerte pero, a decir verdad, sólo 10 fueron ejecutados. Martin Bormann fue condenado a muerte en su ausencia, y sus restos aparecieron por casualidad en Berlín en 1972: se supuso que había sido abatido por francotiradores rusos el 1 de mayo de 1945. Hermann Göring se suicidó con veneno la noche antes de ser ejecutado. Entre los ejecutados se contaban tres gobernadores de los territorios ocupados por los nazis durante la guerra (Hans Frank, Alfred Rosenberg y Arthur Seyss-Inquart); dos ministros del gobierno nazi (Wilhelm Frick y Joachim von Ribbentrop), y dos comandantes en jefe de la Wehrmacht (Alfred Jodl y Wilhelm Keitel). Jodl fue exonerado a título póstumo por un tribunal alemán que lo declaró ajeno a la ideología nazi en 1953.
El deseo de Churchill era que a los acusados se les negase el juicio y fuesen ejecutados de plano, pero Estados Unidos se opuso a tan fragante ilegalidad. Josef Stalin, entonces líder de la Unión Soviética, abogó por la ejecución en masa de entre 50.000 y 100.000 oficiales de Estado Mayor alemán, pero ni Churchill no Roosevelt se mostraron dispuestos a ello. Entre las propuestas estadounidenses se contaba el Plan Morgenthau para liberar a Alemania de la influencia e ideología nazi. El plan fue rechazado por Stalin. Finalmente, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética llevaron a cabo los juicios.
Información extraída del libro: Crímenes (Nick Yapp)
Información extraída del libro: Crímenes (Nick Yapp)