La parte más impactante de estos hechos fue el choque dirigido de dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York, el corazón financiero de Estados Unidos y el mundo. Lo que no se conoce muy bien son las circunstancias en que terminó reducida a escombros una tercera torre, llamada Tower Seven, de menor altitud, la cual resultó destruida siete horas después haberse desplomado las torres principales.
El dictamen oficial indica que el proceso de su incendio fue más prolongado pero, de una manera u otra, el fuego que se propagó desde la zona contigua del desastre fue el causante del colapso, pues este edifico no fue impactado por ningún avión. Estas circunstancias fueron el motor de distintas teorías de acuerdo con las cuales su destrucción fue resultado de una demolición controlada que se efectuó mendiante explosivos. La prestigiada British Broadcasting Corporation (BBC de Londres) dedicó al caso una emisión especial de su serie Conspiracy Files.
Un grupo de arquitectos, ingenieros y científicos aseguran que la explicación oficial es sostenible. Richard Gage afirma que se trata de un ejemplo obvio de demolición controlada: "Los edificios que caen en un proceso natural se colapsan por el lado en el que tienen menor resistencia. no caen en forma recta sobre si mismos". Los teóricos de la conspiración retoman varios hechos para apoyar su versión: los vestigios fueron removidos para evitar su análisis.
La tercera torre estaba ocupada por el Servicio Secreto, la CIA, el Departamento de Defensa y la Oficina para el Manejo de Emergencias, que podría haber coordinado una respuesta al ataque terrorista. La destrucción de la Tercera Torre nunca fue mencionada en el reporte de la Comisión Especial 9/11.
Otro argumento es que el edificio se hallaba en una distancia razonable de las otras dos torres (417 y 106 metros) y que las fotografías tomadas en el transcurso de ese día no revelan daños capaces de provocar un colapso.