Thomas Alva Edison, ya famoso por sus conocimientos tecnológicos, quiso ser el malvado autor de este desagradable y extraño episodio en la historia de la estupidez humana. Ideó una forma de electrocutar al animal, para al mismo tiempo, dar una demostración de lo que se podía conseguir con la energía eléctrica. Se construyó una especie de escenario, la ejecución iba a realizarse públicamente. Era lógico que Edison quería aumentar su fama valiéndose del morbo local.
Antes de la ejecución a Topsy se le dio de comer zanahorias rellenas con 460 gramos de cianuro de potasio, ya en el acto se le aplicaron 6600 voltios de corriente alterna, provocandole la muerte en menos de un minuto. El sádico espectáculo fue presenciado por 1500 personas, y fue videograbado para luego exhibir el vídeo. Como resultado se tuvo una patética forma de justicia "humana" y una grotesca muerte para un paquidermo que simplemente actuó por instinto natural.
Muchas personas estuvieron conscientes de que la ejecución de Topsy no fue más que un acto de crueldad. Fue hasta el 20 de julio de 2003 que se inauguró un monumento en su honor en el Coney Island Museum.