El pentagrama es un símbolo muy reconocido por
todos los seguidores de la tradición pagana, quienes ven en este la
representación de la supremacía de los elementos sobre el ser humano.
Este símbolo es tan antiguo que se
desconoce su origen. Desde tiempos muy remotos se ha utilizado como
talismán de protección. Suele representarse de diversas formas según
quienes lo porten y el significado que para ellos tenga. Hoy en día, el
pentagrama más famoso es el utilizado por aquellos que son seguidores
del satanismo, aunque en realidad el pentagrama no representa la maldad,
pues si nos basamos en su significado más básico, invertido simboliza
el poder de la naturaleza por encima del hombre.
Los satanistas
usan el pentagrama invertido con la cabeza de un chivo inscrita en
ella. Se conoce como el sello de Baphomet (el supuesto ídolo que
adoraban los templarios) y juega con el triángulo como una forma de
profanar la trinidad católica. En cuanto a la relación del chivo con el
maligno, puede proceder del evangelio de Mateo, en el que se habla de la
separación de fieles (ovejas) e infieles (cabras).
Para los
cristianos, el pentagrama (no invertido) representaba la supremacía del
ser humano sobre los cuatro elementos (aire, tierra, agua y fuego).
Existen otras interpretaciones como la de Leonardo Da Vinci, quién lo
utilizó para representar al ser humano en el hombre de Vitruvio.