La historia de este libro es demasiado
curiosa como para no contarla. El libro de la ley (Liber AL vel Legis)
es una obra ocultista del mago y escritor inglés Aleister Crowley,
concebido durante tres noches del mes de abril de 1904. Estando en la ciudad egipcia de El Cairo, Aleister Crowley, acompañado
por su esposa, Rose Kelly, comenzó a recibir un extraño mensaje de una
entidad que se hizo llamar Aiwaz, o Aiwass. Esta entidad le dictó a
Crowley los tres capítulos que conforman El libro de la ley en tres
noches consecutivas: 8, 9 y 10 de abril de 1904. Baste decir
que en El libro de la ley, Aiwass se presenta como enviado de una
entidad superior llamada Hoor-paar-kraat, un nombre muy similar al
egipcio Har-par-khered, que en griego deriva en la palabra Harpócrates, y
significa Horus niño.
El libro de la ley es una especie de
panfleto de cuestionable filosofía, aunque escrito con verdadero sentido
estético. Alguna vez se dijo que si Aleister Crowley no se hubiese
visto empapado por las incongruencias del ocultismo habría sido un poeta
de primera clase. En lo que respecta a El libro de la ley, su contenido
fomenta la libertad sexual, la experimentación de drogas, la
meditación, el yoga, el orientalismo; y todas aquellas banderas que
sesenta años después levantaría el movimiento hippie.
Pero
Aleister Crowley estaba lejos de ser un modesto amante de la paz. Fue
satanista, ocultista, poeta, multiplicó su identidad sexual hasta el
límite, y escandalizó una y otra vez a la conservadora sociedad que le
dio origen. Crowley luego afirmaría que todo el sentido de su vida
estaba dirigido a recibir aquel mensaje de Aiwass, y a ser el medio que
impulse los excesos, maravillas y aberraciones de El libro de la ley.
Fuente: elespejogotico.blogspot.mx