Bruno Lüdke ¿Un asesino serial en la Alemania nazi?
Publicado por
Anonimo
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31 enero 2015
Bruno Lüdke (1908-1944) vivía en Köpenick, un pueblo cerca de Berlín, en la entonces Alemania nazi. Siendo sólo un niño recibió un golpe en la cabeza que le ocasionó un severo traumatismo provocándole serias limitaciones a sus facultades mentales, por lo que tuvo que estudiar en una escuela de niños con problemas de aprendizaje; sin embargo, en 1922 el adolescente deja los estudios para ayudar en el negocio familiar, una lavandería, de la que queda como encargado al morir su padre en 1937. La lavandería contaba con un caballo para transportar la ropa y los vecinos llegaron a quejarse con la policía de que Bruno infligía crueles agresiones al animal; fue sometido a estudios médicos que le permitieron seguir trabajando a pesar de su incapacidad mental.
En enero de 1943 unos niños encontraron un cadáver, se trataba de Frieda Rössener, una viuda de 59 años que había sido violada, estrangulada y le habían robado sus pertenencias. Testigos afirmaron que el único sospechoso era un joven con retraso mental que frecuentemente merodeaba por el lugar con vestimenta de obrero. Tras llevarse a cabo investigaciones en la zona la policía dio con el paradero de Bruno, encontrando en su domicilio prendas de vestir manchadas de sangre, a lo que el joven dijo que era sangre de gallina, y así era, pero parte de la misma sangre había sido encontrada junto a un montón de plumas esparcidas en la escena del crimen. Fue detenido en marzo de 1943 y después de ser interrogado se le responsabilizó de haber violado y estrangulado a 51 mujeres en un periodo de tiempo entre 1928 y 1943. Incluso Heinrich Himmler, Comandante en Jefe de las SS, se mostró sorprendido al pensar en que alguien se había atrevido a comportarse de tal manera en pleno régimen nazi, sabiendo lo que le esperaba después de ello.
Había algo raro en los crímenes que se le imputaron a Bruno Lüdke, pues a pesar de que él mismo se había declarado culpable, no recordaba donde había cometido dichos asesinatos ni como los había realizado, además de que la distancia de las ciudades donde se habían cometido era mucha. Esto llevo a sospechar de que Heinz Franz, quien lo había interrogado, lo orilló a culparse de dichos asesinatos con el fin de cerrar investigaciones pendientes. Al final Bruno no pudo ser enjuiciado ya que una ley definía a los incapacitados mentales como no responsables de sus actos, así que fue enviado a instituciones mentales para realizar experimentos en él y estudiar sus reacciones, hasta que en abril de 1944 las autoridades nazis lo castraron y ejecutaron por medio de inyección letal en una prisión de Viena. Su certificado de defunción exponía como causa de muerte "degeneración del músculo cardíaco, agrandamiento del ventrículo derecho, la parálisis del corazón".