En 1962, propuso la creación del movimiento de Educación Socialista, supuestamente dedicado a proteger a los campesinos de las tentaciones del feudalismo que, en su opinión, estaban resurgiendo en las zonas rurales, y ordenó a su gobierno que publicara una gran cantidad de propaganda, con su imagen como figura central. Miles de Vallas y carteles por todo el país llevaban impreso a gran tamaño el rostro del benefactor del Gran Timonel, las canciones que emitía la radio se referían a Mao Tse-Tung como "el sol rojo en el centro de nuestros corazones" y el "salvador del pueblo".
El régimen maoísta se encargó de inculcar a los niños desde la escuela primaria el amor hacia su líder, lo que tuvo un gran efecto durante la Revolución Cultural, protagonizada por esos jóvenes que habían crecido sometidos a la educación paternalista y que se convirtieron en los seguidores más fanáticos de Mao. La campaña de culto a la personalidad se completó en 1966 con la publicación de las «Citas del Presidente Mao», un libro de frases y discursos de su propia cosecha recopilado por Lin Biao y mundialmente conocido como el Libro Rojo. Su lectura era obligatoria en los colegios y los miembros del partido tenían que llevarlo siempre encima. La imagen de Mao presidía todos los aspectos de la vida china y su cara aparecía en todos los sitios: plazas, calles, carteles, estatuas, comercios... De hecho su retrato domina la famosa plaza de Tian'anmen, en el centro de Pekín.
Información extraída de la revista: Muy Interesante (Noviembre 2006)