El asesinato de Juan Pablo I (1978)

El 26 de agosto de 1978 Albino Luciani sucedió en el trono pontificio a Paulo VI y tomó como nombre papal Juan Pablo I, para rendir un homenaje a sus predecesores Juan XXIII y Paulo VI. Originario de una pequeña localidad italiana conocida como Canale d'Agordo, fue el primer pontífice nacido en el siglo XX. Su elección se llevó a cabo en la tercera votación del cónclave o sesión electoral más breve de la historia moderna.

Al ser electo asumió como lema de su papado la humildad y en su ceremonia de entronización rechazó algunos de los honores reales conferidos a los papas. El público italiano e internacional quedó cautivado con la sonrisa del pontífice, sus discursos optimistas y algunos proyectos de reformas para acercar la Iglesia a sus fieles. Sin embargo, el día 28 de septiembre de 1978, poco más de un mes después de su elección, falleció en sus aposentos del Vaticano a causa de un infarto al miocardio, según los informes oficiales. Se dijo que, a petición de su familia, se le había dispensado la autopsia. Una serie de contradicciones con respecto a este asunto y los detalles sobre la forma en que su cuerpo fue hallado suscitaron una serie de polémicas y teorías de conspiración. Según éstas no murió por las razones especificadas oficialmente, sino asesinado mediante envenenamiento, hipótesis manejada en el libro y la película «Muerte en el Vaticano», de inicios de los ochenta.


La hipótesis sobre el móvil de este crimen han sido varias. Una de las principales es que Juan Pablo I se propuso hacer una revisión exhaustiva de los manejos del Banco Ambrosiano, acusado de evasión de impuestos, movimientos ilegales de acciones y lucros mediante tratos injustos con los más necesitados. Otra hipótesis muy poco documentada relaciona su muerte con el homicidio del primer ministro italiano Aldo Moro, jefe del Partido Demócrata Cristiano, ocurrida en ese año, como culminación de su secuestro perpetrado por las Brigadas Rojas. Una teoría más menciona como probables autores intelectuales del 'asesinato' a las logias masónicas de Italia.

El libro «En nombre de Dios» publicado en 1984, del investigador David Yallop, apoya la teoría del Banco Ambrosiano en convivencia con los masones y miembros de la mafia. Entre los principales sospechosos menciona a Paul Marcinkus, director del Banco Vaticano, y a Roberto Calvi, director del Banco Ambrosiano. Una versión alternativa es que los culpables fueron grupos neoliberales interesados en elevar a Juan Pablo II a fin de promover la caída del comunismo. Ninguna de estas teorías ha permanecido a las explicaciones oficiales hasta la fecha.

Información extraída de la revista:
Muy Interesante (Enero 2011)



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