La principal hipótesis de la llamada “teoría de la conspiración” afirma que el gobierno de Richard Nixon armó un montaje al estilo Hollywood y la transmisión del alunizaje no fue más que una realización fílmica. El objetivo era, presuntamente, mostrar la grandeza de Estados Unidos sobre la URSS, pues los sovieticos ya habían logrado enviar el primer hombre al espacio. Además serviría como un distractorio para calmar los ánimos en cuanto a la guerra en Vietnam.
En 1974 Bill Kaysing escribió y publicó “We never went to the Moon” (Nunca fuimos a la Luna), donde sostuvo que al comparar las fotos con las filmaciones del alunizaje halló serias fallas de continuidad, lo cual correspondería a la supuesta “postproducción” del material. El autor agregó que la nave que despegó ante la mirada de millones de personas fue enviada, en realidad, sin tripulación y que consistió en un vil engaño. Kaysing apuntó, entre otras cosas, a la ausencia de estrellas en las fotos de la misión Apollo 11 como una de las razones para sospechar del alunizaje. Además las imágenes de la bandera de Estados Unidos hondeando al viento en la superficie lunar le dieron a Bill Kaysing otra razón para sospechar. Ese ondear en un ambiente sin atmósfera y, en consecuencia, sin viento, es una de las explicaciones de los teóricos de la conspiración para hablar de fraude.
Un motivo más que invita a la duda es la marca casi perfecta de la bota de Buzz Aldrin (piloto del Apollo 11) sobre el polvo seco de la Luna. La explicación de esta imposible perfección la dan relacionándola con la baja gravedad lunar. Se critica la nitidez de la pisada y hasta se llegó a señalar que, tanto esta imagen como el paseo lunar se grabaron en los estudios de Walt Disney y en desiertos del país norteamericano.
Las luces y las sombras de las imágenes constituyen otro capítulo dentro de la teoría conspirativa. Si la luz del lugar solamente proviene del Sol, entonces las sombras debieran ir en una única dirección. En las imágenes publicadas sobre la llegada a la Luna se observan sombras en distintos ángulos que dejan en evidencia la existencia de luz artificial.
Por ultimo mencionar el silencio del primer hombre en pisar la luna, Neil Armstrong. Su vida luego del alunizaje se rodeó del más absoluto silencio. El astronauta se negó continuamente a dar entrevistas y a hablar sobre la experiencia.
Fuente: ehowenespanol.com
