
En varias ocasiones la ilusión de Cotard es conocida como el síndrome del muerto caminante y aunque por supuesto no hay ningún síntoma físico que indique que la persona este muerta o que pueda hacerle creer que tiene una enfermedad, una parte de su cerebro hace que la persona crea estar muerta.
Lo que ocurre es que de manera extremadamente extraña en esta condición neuro-psiquiátrica, la región del cerebro involucrada al reconocimiento facial y de la imagen propia se desconecta de la región involucrada a las emociones y los sentidos.
Esto provoca que la persona pierda la relación consigo misma y el sentido del “yo” como persona. Esta disonancia cognitiva se traduce prácticamente en la pérdida de la existencia, el individuo cree que no existe, que ha muerto, que se encuentra en putrefacción y que ha perdido mucha sangre o algunos órganos. Se trata de un terrible caso de delirio extremo y es una enfermedad muy difícil de explicar.
Fuente: ojocientifico.com