Los alumbrados enseñaban que todos los otros elementos de la religión -la Iglesia, los sacerdotes, los sacramentos, la Biblia- carecían de utilidad y que sólo la contemplación podría conducir a esta experiencia de lo divino. Algunos también creían que como sus almas habían alcanzado la perfección, podrían comportarse como quisieran. En el caso más extremo, el objetivo de los alumbrados era la completa absorción en Dios y la pérdida de la individualidad, un equivalente directo del estado de nirvana alcanzado por los budistas a través de la meditación. También estaban conectados con el gnosticismo, que impartía enseñanzas similares sobre la experiencia personal de lo divino.

Los alumbrados inspiraron reacciones muy intensas y teorías conspiratorias dirigidas a los judíos. Estaban vinculados con los nuevos cristianos o conversos, judíos obligados a convertirse al cristianismo cuando los Reyes Católicos expulsaron a los moros de España, y especialmente después de 1492, cuando los judíos fueron oficialmente expulsados del territorio español. La propaganda antisemita comenzó a extenderse y derivó en la creación de la Inquisición española en 1478.
Información extraída del libro: La Biblia de las sociedades secretas (Joel Levy)