El fin de la década de los años 60 se acercaba y en los albores de los 70, la CIA diseñó un peculiar artefacto para ejecutar “Black Ops” (Operaciones negras) encubiertas. El “juguete” era concretamente una pistola muy especial que había sido diseñada para lanzar dardos de hielo con una poderosa toxina de marisco en su helada estructura. Cuando dichos dardos entraban en el cuerpo de la víctima, el hielo se fundía y la toxina de marisco entraba en el riego sanguíneo provocando en el sujeto un infarto al corazón. Externamente, solo se apreciaba una pequeña picadura en la piel semejante a la de un mosquito o a lo más de una abeja. Por consiguiente, cuando al sujeto se le efectuaba la autopsia, no había ninguna prueba en su organismo que delatase la posibilidad de haber recibido la dosis fatídica de esa letal toxina de marisco, que bastaba para dejar al objetivo fuera de combate con un infarto demoledor, siendo como resultante un informe médico en el que se prescribía «infarto de miocardio» como causa de muerte.
Sobre la existencia de ese “juguete”, diseñado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en ingles), había rumores que lo desvelaban, pero siempre se achacaba a que los teóricos de la conspiración estaban versionando los hechos intentando llamar la atención con sensacionalismos falsos. No obstante, en 1975 el senador Frank Church, frente a una comisión de investigación, mostró el arma avalando la existencia de la misma.
Fuente: mundodesconocido.es
